Se trata de un clásico entre pequeños y no tan pequeños. Sin grandes artilugios, a partir de 2
jugadores y con fáciles normas de seguimiento, el juego de las chapas ha hecho pasar largas horas de entretenimiento a los niños y niñas de todos los tiempos.
Fuente: montessoriconmispeques.com |
Cada jugador tiene una chapa, diferente a la de sus compañeros para que se diferencie. Se traza un recorrido en el suelo, a modo de carretera (cos dos arcenes), con tiza si el suelo es de pavimento, o si es de tierra marcándolos con una palo. Se marca una salida y una meta. Los niños por turnos deberán hacer avanzar la chapa golpeándola con los dedos índice y pulgar (haciendo como un chasquido). Si la chapa se sale de la pista, deberá volver al inicio. Se puede chocar las chapas entre sí para hacer perder a tu rival. Gana el jugador que llegue antes a la meta.
Será más divertido si el trazado de la carretera se va estrechando, o va haciendo curvas, o que pase por debajo de algún puente (se pueden colocar elementos diferentes), o cualquier otro obstáculo que se les ocurra.
Variante: También se puede utilizar tapones de tetrabrick u otros que sean fáciles de empujar con los dedos y que tengan el suficiente peso para que no se vuelen.
En el siguiente enlace podréis consultar otros 20 juegos más para realizar con chapas:
Psicomotricidad fina (control óculo-manual), desarrollo de la lateralidad (avanzar gateando con atención y equilibrio favorece la lateralidad).
Fuente: Flickr |
Aspectos que ayuda a desarrollar:
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