Este juego puede surgir de manera improvisada, o bien fomentado por algún adulto.
Los niños se sientan en el suelo en círculo. Uno de ellos se coloca de rodillas delante de otro haciendo de gato, y le dice: MIAU, intentando que el compañero/a se ría. Éste con gesto serio, aguantando la risa, le contesta acariciándole la cabeza:
El proceso se repite hasta 3 veces. Si en este tiempo el que contesta no se ha reído, el que hace de gatito va a buscar a otro niño/a para repetir la acción. Si, por el contrario, se ríe éste pasará a hacer de gato.
Capacidad afectiva (ayuda a los niños/as a acercarse entre ellos y establecer vínculos afectivos); potencia
el control de expresión de emociones.
¿Qué os ha parecido este juego?, ¿lo conocíais?, ¿crees que puede ser divertido para jugar con tus hijos o alumnos? Ya sabes, no dejes de opinar en el apartado comentarios.